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Dom Carlos I
Septiembre de 1863 (Lisboa, Portugal) – Febrero de 1908 (Lisboa, Portugal)
Con su decoración clásico-contemporánea inspirada en el Rey Carlos I, experimentará la comodidad de esta acogedora y bien equipada habitación. Desde el encantador balcón, disfrutará de una vista casi panorámica sobre Lisboa, así como de todas las áreas exteriores del Torel Palace, incluyendo la piscina y el bar exterior.
La habitación Premier con Vistas – D. Carlos I ofrece 26 m² de encanto romántico para hasta dos huéspedes. Decorada en intensos tonos rojos, la habitación cuenta con una cama Queen Size, dos sillones a juego y una alfombra coordinada que añaden calidez y elegancia. El espacioso balcón privado ofrece maravillosas vistas a la ciudad, creando un espacio acogedor para relajarse.
El cuarto de baño complementa el estilo refinado de la habitación, con una amplia ducha y acabados elegantes. Las comodidades incluyen una cafetera Delta, minibar, TV, Wi-Fi gratuito, aire acondicionado, secador de pelo y caja fuerte. Durante toda su estancia se le ofrecerá café y agua de cortesía para una experiencia cómoda y memorable.
- Hasta 2 personas
- 26 m²
- Cama de matrimonio
- Balcón
- Vistas a la ciudad
- Cafetera
- Minibar
- Televisión
- WiFi gratuito
- Aire acondicionado
- Secador de pelo
- Caja fuerte
- Café Nespresso y agua de cortesía durante toda su estancia





En honor a...
Dom Carlos I
Dom Carlos I fue Rey de Portugal desde 1889 hasta su trágico asesinato en 1908. Conocido como el Rey Diplomático y el Rey Mártir, fue un monarca culto y de mentalidad moderna, con un profundo interés por la ciencia, la oceanografía y las artes.
Fue el primer rey portugués en viajar extensamente por Europa, y trabajó para fortalecer las relaciones diplomáticas de Portugal en una época de tensiones coloniales y creciente sentimiento republicano en el país. Apasionado por las ciencias marinas, participó personalmente en expediciones oceanográficas y obtuvo reconocimiento internacional por su trabajo.
El reinado de Dom Carlos, sin embargo, estuvo marcado por la inestabilidad política, las dificultades económicas y el creciente descontento. La monarquía se convirtió en el blanco de movimientos republicanos y sociedades secretas. El 1 de febrero de 1908, mientras regresaba al palacio real, Dom Carlos y su hijo primogénito, el Príncipe Heredero Luís Filipe, fueron asesinados a plena luz del día en las calles de Lisboa, un hecho que conmocionó a la nación.
Su muerte marcó el principio del fin para la monarquía portuguesa. Se le recuerda como una figura refinada y trágica, un hombre de intelecto y cultura cuyo reinado terminó en violencia, pero que nunca dejó de creer en el potencial de su país.