Don Manuel I
May, 1469 (Alcochete, Portugal) – Diciembre, 1521 (Lisboa, Portugal)
Esta habitación le deslumbrará por su luminosidad y sus vistas. Inspirada en el rey Manuel I, combina una decoración clásica con un estilo moderno en tonos grises. Además de sus amplios 45 m² y su cómoda cama doble, también dispone de un balcón desde el que podrá disfrutar de unas vistas privilegiadas de la ciudad.
Una de las habitaciones más románticas del hotel.
La Suite Deluxe con vistas – Don Manuel I combina la elegancia atemporal con el confort moderno y tiene capacidad para dos personas. Decorada en armoniosos tonos azules y grises, esta espaciosa suite cuenta con una cómoda cama doble, una luminosa zona de estar y un cuarto de baño con detalles en mármol.
El balcón privado le invita a disfrutar de unas vistas magníficas de la ciudad, mientras que la decoración elegante crea un ambiente sereno y clásico. La suite está equipada con una cafetera Delta, minibar, TV, conexión Wi-Fi gratuita, aire acondicionado, secador de pelo y caja fuerte. Le ofrecemos café y agua gratuitos durante toda su estancia, para garantizar su comodidad y confort.
- Hasta 2 personas
- Cama dobre
- Balcón
- Vistas a la ciudad
- Cafetera
- Minibar
- Televisión
- WiFi gratuito
- Aire acondicionado
- Secador de pelo
- Caja fuerte
- Café Nespresso y agua de cortesía durante toda su estancia
En Honor a...
Don Manuel I
Don Manuel I, conocido como “el Afortunado”, reinó en Portugal entre 1495 y 1521. Sobrino del rey João II, ascendió al trono de forma inesperada tras la muerte del príncipe Afonso y fue considerado por muchos como una elección providencial, de ahí su famoso epíteto.
Su reinado marcó la edad de oro de la exploración y expansión portuguesa. Bajo su mandato, Vasco da Gama descubrió la ruta marítima a la India, Pedro Álvares Cabral llegó a Brasil y Afonso de Albuquerque se hizo con el control de importantes puestos comerciales en todo el océano Índico. La riqueza obtenida gracias a estas empresas convirtió a Portugal en un imperio marítimo mundial.
Dom Manuel, católico devoto, ordenó la construcción de varios monumentos religiosos magníficos, entre ellos el emblemático Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, símbolos de la grandeza y la gloria marítima de Portugal. Su corte era conocida por su refinamiento y atraía a artistas, eruditos y navegantes de todas las regiones de Europa.
Sin embargo, su reinado también fue testigo de la conversión forzosa y la expulsión de judíos y musulmanes, una decisión influenciada por su alianza matrimonial con los Reyes Católicos de España.
Don Manuel I falleció en 1521 y fue enterrado en el Monasterio de los Jerónimos. Su legado refleja esplendor, ambición y la configuración de Portugal como una fuerza dominante en el mundo moderno temprano.
