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Doña Catalina de Braganza
Noviembre de 1638 (Vila Viçosa, Portugal) – Diciembre de 1705 (Lisboa, Portugal)
Una de las habitaciones más amplias del hotel, este elegante refugio presenta una decoración clásico-moderna inspirada en la reina Catalina de Braganza. Con dos grandes ventanales y un encantador balcón, la luz natural inunda la habitación creando un ambiente sereno, lo que la convierte en un lugar realmente mágico donde relajarse y descansar.
La habitación Master – Dona Catalina de Bragança ofrece 32 m² de elegancia exquisita con capacidad para dos huéspedes. Decorada en serenos tonos blancos y grises, esta espaciosa habitación cuenta con una cama de matrimonio, un gran sillón y una llamativa lámpara de araña bajo un techo con intrincados detalles. El balcón privado ofrece agradables vistas al hotel, creando un ambiente luminoso y acogedor.
El cuarto de baño refleja el estilo limpio y sofisticado de la habitación, con suelos, lavabo y ducha de mármol, ofreciendo un espacio generoso y unos acabados sofisticados. Las comodidades incluyen una cafetera Delta, un minibar, televisión, conexión Wi-Fi gratuita, aire acondicionado, secador de pelo y caja fuerte. Se proporciona café y agua de cortesía durante toda la estancia para una experiencia cómoda e inolvidable.
Vea nuestras otras habitaciones en la categoría de Habitación Master:
- Hasta 2 personas
- 32 m2
- Cama de matrimonio
- Balcón
- Vista al hotel
- Cafetera
- Minibar
- Televisión
- WiFi gratuito
- Aire acondicionado
- Secador de pelo
- Caja fuerte
- Café Nespresso y agua de cortesía durante toda su estancia





En Honor a...
Doña Catalina de Braganza
Doña Catalina de Braganza fue una infanta portuguesa que se convirtió en reina consorte de Inglaterra, Escocia e Irlanda tras su matrimonio con el rey Carlos II de Inglaterra en 1662. Hija del rey João IV y la reina Luísa de Gusmão, desempeñó un papel diplomático clave en un momento en que Portugal buscaba aliados fuertes tras recuperar su independencia de España.
Su matrimonio supuso una poderosa alianza con Inglaterra, y Portugal ofreció Tánger y Bombay como parte de su dote, lo que contribuyó a definir el curso de la expansión colonial británica. Aunque su vida en Inglaterra estuvo marcada por dificultades personales, como las tensiones religiosas (por ser una reina católica en un país protestante) y las numerosas aventuras amorosas de su marido, Catalina era admirada por su dignidad, lealtad y elegancia.
También se le atribuye haber popularizado el consumo de té en Inglaterra, una costumbre que trajo de la corte portuguesa y que se consolidaría como una tradición británica.
Tras la muerte de Carlos II, regresó finalmente a Portugal, donde ejerció como regente de su hermano, el rey Pedro II. Murió en Lisboa en 1705 y permanece enterrada en el Monasterio de São Vicente de Fora. El legado de Catalina perdura como símbolo de diplomacia, elegancia e influencia cultural.